¿Un colibrí en el río?

Puestos a soñar podemos pensar que esta esfinge fotografiada en el valle pirenaico de Ansó era una visitante habitual de las buganvillas que adornan el Balcón del Guadalquivir. ¿Imposible? Para nada, porque la esfinge colibrí (Macroglossum stellatum), un insecto de 0,38 gramos de peso, es capaz de realizar migraciones de cientos de kilómetros. Varios testimonios muestran las hazañas voladoras de esta mariposa: se le ha visto en alta mar cerca de las Islas de las Azores, cruzando el Canal de la Mancha; países como Noruega, Reino Unido e incluso Islandia reciben visitantes durante los meses de verano procedentes de la región mediterránea.

La Macroglossum stellatum es un lepidóptero heterocero, o sea una mariposa de las consideradas nocturnas pero que para saltarse la regla tiene hábitos diurnos. Sin embargo, en los periódos de máximo calor esta especie sólo es posible observarla al amanecer ya que dado el elevado metabolismo que supone batir sus alas 85 veces por segundo, unas altas temperaturas supondría el colapso del animal.

Experta en vuelo, lo hace hacia arriba, hacia abajo, adelante y atrás; liba sin posarse introduciendo su larga lengua (macroglossum) en el interior de las flores para extraer el preciado néctar. Hechos que llevan a muchos fans de los documentales de la 2 a afirmar que han visto un colibrí en las inmediaciones del Río; ustedes y yo sabemos de que animal se trata pero no vale la pena convencerles de lo contrario, nadie suele admitir que ha confundido un insecto con un pájaro.