¡Ay!. Pues guarda para cuando no haya.
Jueguecito de palabras con el que nuestras queridas madres, zapatilla en
mano, nos ilustraban la diferencia entre la interjección y el verbo auxiliar.
¡Ay!,
gritaría si pudiera el pobre escarabajo ensartado en la espina de la
parkinsonia. Mientras tanto, el alcaudón común halla otro Silpha puncticollis, lo captura y lo clava no vaya a ser que futuros frentes fríos interrumpa la primavera y no haya insecto que llevarse a la boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario