Otra vez me ha picado un mosquito, no
una ni dos sino tres veces. Se ve que el animalito cuando intentaba
sacarme la sangre lo detecté entre sueños y tuvo que intentarlo
una y otra vez, rápidamente me salieron dos o tres ronchitas que ya han desaparecido.
Porque dos o tres mosquitos en tu
cuarto, son molestos pero de plaga nada, una plaga son un montón de
mosquitos haciéndote la puñeta. Así que si durante el verano
tienes unos pocos bichitos déjate de guerra química, apáñate
algún remedio natural o haz como yo, utilízalos para decorar el
cuarto.
Lo primero, nada más
levantarte, búscalos, mientras antes lo hagas... mejor, los pillarás más llenitos. Estarán
pegados a la pared, inmóviles, haciendo la digestión. Aproxímate
con cuidado y aplástalos, una mancha roja se extenderá sobre el
blanco, con formas y densidades desiguales, en función de la presión
de tu dedo y el grado de colesterol y alcohol con el que te
acostaste la noche anterior. Al finalizar el verano el dormitorio
tendrá un precioso estampado, que a consecuencia de la progresiva
oxidación de los hematíes, irá cambiado de color como el acero
cortén del puente de Miraflores.
Tampoco por dos o tres mosquitos debes
solicitar a los políticos responsables contundencia contra las
plagas, los efectos pueden ser imprevisibles. Entre las ganas que
le pueden tener al díptero que interrumpió su sueño, el deseo de
aumentar su popularidad y los sensibles que están con la lucha
contra el terror, capaces son de envenenar hasta al más minúsculo
de los charquitos al grito de "con los mosquitos no se negocia".
Antes que una lucha contundente hay que
reivindicar una lucha inteligente, que por otra parte es la que marca
la normativa: control integral de plagas. Entre las medidas que
incluye ese control inteligente está la de favorecer aquella fauna
que es nuestra aliada, la fauna auxiliar.
Así que un poquito más de materia
gris y en vez de pedir brigadas de cazafantasmas vamos a favorecer la
presencia de vencejos, aviones y golondrinas en nuestra ciudad, unos
pájaros dispuestos a salir en nuestro auxilio ante las impertinencias de los
mosquitos y sus secuaces.
La foto que ilustra la entrada es de un
nido de golondrina común situado en el alero bajo de un bloque que
linda con el río, nido que viene siendo custodiado por unos sensatos
vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario