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viernes, 25 de marzo de 2016

El pico de los pinzones



En 1831 Charles Darwin zarpó en el Beagle en una misión científica que dio la vuelta al mundo y cuyos hallazgos puso patas arriba a las ciencias naturales. El 15 de septiembre de 1835 el Beagle arribó a las Galápagos, islas que fueron a Darwin lo que la manzana a Newton: la luz que precipitó una nueva teoría, esta vez la Teoría de la Evolución.

Entre los animales que Darwin allí recolectó estaban unas aves con picos muy diversos. El ornitólogo John Goull, a pesar de esa variedad, consideró que todas ellas formaban un único y nuevo grupo emparentado con nuestros pinzones, los llamados pinzones de Darwin (Trauphidae). No le faltó razón al ornitólogo ya que estudios posteriores confirmaron tal agrupación y la evidencia de que todas ellas tuvieron su origen en una misma especie que llegó del continente americano.

Lejos quedan las Galápagos, muy lejos... lo cual no impide observar como nuestros pinzones (fringilidae) han adaptado sus picos para acceder a distintas fuentes de alimento.

Pinzones comunes y reales toman del suelo diversas semillas caídas de las plantas, a veces picotean capítulos del hierba cana1 o los botones florales de los álamos blancos2.

A los verdecillos les encantan las crucíferas, en especial los jaramagos3.

Los jilgueros están especializados, gracias a su pico largo y fino, a la extracción de la semillas de cardo4, aunque tampoco hacen ascos a la zamarraga5 y a las semillas de cadillo6. A veces, suben a las casuarinas7  y picotean sus frutos. En este mismo árbol coinciden con el lúgano, un visitante de la lejana taigas. Viéndoles comer uno y otro, nos damos cuenta que éste último es más agilidoso* en sus movimientos por el árbol. 

Los pequeños piñones de pinos carrascos8 y cipreses9 son accesibles al piquituerto cuyo pico es capaz de separar las escamas de las piñas y así adelantarse a otros fringilidos que tienen que esperar a que éstas se abran.

Los picogordos con su enorme pico no solo se conforman con comerse la raquítica drupa de la almeza10 sino que parten la cáscara y aprovechan la semilla.

Los verderones, lo mismo comen las sámaras de los olmos11 que las semillas de sauzgaztillo12 o los frutos de los mercuriales13.

Y llegados a este punto, me pregunto si existirá alguna relación biológica e incluso metafísica entre las razones por las que tanto verderones devoran los frutos escrotiformes de las mercuriales y las afrodisiacas semillas del sauzgatillo... ¿Existe esa vinculación? O tan sólo son los mágicos efectos en mí producidos por el alimento predilecto de los pardillos (Carduelis cannabina).

1 Senecio vulgaris
2 Populus alba
3 Diplotaxis virgata y D. catholica
4 Diversas especies de la familia de las compuestas (asteraceas)
5 Conyza ssp.
6 Xanthim strumarium
7 Casuarina cunninghamiana. Curiosamente la casuarina, árbol de origen australiano, es del mismo orden (fagales) que el aliso y el abedul, arboles de cuya semilla se alimentan habitualmente los luganos
8 Pinus halapensis
9 Cupressus sempervirens
10 Celtis australis
11 Ulmus minor y U. pumila
12 Vitex agnus-castus. Parece ser que esta planta en los hombres es anafrodisiaca (de ahí lo de casto), sin embargo en las mujeres tiene efectos contrarios. Desconozco su influencia en los verderones, machos o hembras.
13 Mercurialis ambigua. Para que no falte la guasa en algunos lugares esta planta es conocida como criadillas de ratón
* Sé que esta palabra no la tiene fichada la RAE, pero a base de usarla sé que los académicos se darán por vencidos

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