No, no se trata de ningún aperitivo apto solo para estómagos mejicanos. Hablamos de una planta a la que le tengo especial cariño, la mencionaba un compañero de sexto de EGB, criado en la cortijada de Los Piedros. La describía como unos pepinos que al tocarlos escupían unos perdigones. Por supuesto, que el chaval exageraba los efectos perniciosos que los impactos de estas semillas producían en el cuerpo.
Hace meses localicé algunos ejemplares de Ecballium elaterium en Los Sotos de la Albolafia, es la primera vez que los veo en esta zona, quizás alguna semilla fue arrastrada y depositada con las últimas crecidas del Guadalquivir.
Me he documentado sobre la especie y en la ficha que le dedican en la La Flora de Córdoba la define como "Hierba perenne de tallos decumbentes, híspidos". Decumbentes, híspidos... Echamos mano al Diccionario de la Lengua Española Vigésimo Segunda Edición. Híspido: "Hirsuto (II Cubiero de pelo disperso y duro)". Decumbente1: "Dicho de una persona: que yace en la cama o la guarda por enfermedad". Claro, decumbente se queda quien se jala unos cuantos de estos pepinillos, sufriendo terribles trastornos gastrointestinales, acompañados de hemorragias; hecho alto improbable ya que su sabor es muy desagradable, pero como dice un amigo mío hay gente"pa tó".
1 Para conocer el significado de los
términos empleados en botánica es necesario consultar el
Diccionario de Botánica de Font Quer, en el se define decumbente como "lo que está inclinado, especialmente de los tallos no erguidos, como echados o con tendencia a echarse sobre el suelo".
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