"Todo tiene su final" nos repite una y otra vez a son de salsa Hector Lavoe... Aquellos taludes del río que en mayo rebozaban de color, hoy se han convertido en un seco pastizal. Pocas son las plantas que resisten nuestro verano, mucho calor y poca humedad. La mayoría de ellas, aletargadas en sus semillas, esperan las aguas y el buen tiempo. Pero hay otras que aprovechan la oportunidad que les ofrece un clima árido, poquita competencia, y se desarrollan a pleno sol, entre ellas el heliotropo o verruguera (Heliotropium supinum).
Verruguera (Heliotropium supinum) |
Casi... porque siempre están
quienes no dejan pasar la ocasión y recurren a los hidratos de
carbono que otros parecen desaprovechar. Entre ellos, las orugas de
la polilla arlequín que no sólo se alimentan de la verruguera sino
que utiliza sus tóxicos para tener veneno en la piel (no sé si es
en la piel o más adentro, pero como ando cantarín ha salido la
musiquilla de Radio Futura).
La Utetheisa pulchella es,
además, una mariposilla muy buena, muy buena. Tan buena que avisa a
sus potenciales depredadores, con sus llamativos colores, de que no
es comestible, a esa bondad se le llama defensa aposemática. Hasta
donde no llegará su gran corazón que incluso ha renunciado a una
vida nocturna, que es la que llevan otras polillas, porque serían
inútiles sus advertencias cromáticas en la oscuridad, por la noche
todos los gatos son pardos.
De la misma familia que la verruguera es una conocida planta ornamental, la nomeolvides, cuyas
flores son símbolo del amante eterno o el amor desesperado. Plantas
que también son zampadas por las crías de esta mariposa a ritmo
latino "Todo tiene su final, si no me quiere dímelo ahora, a mi
velorio no venga a llorar..."
Dedicado a quienes proclaman
un río que nunca será, el de Sevilla, y no aprovechan el que puede
ser.
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