Indignado por las palabras de Monseñor Reig Pla, aquellas del muchacho que no sabe si le gustan ellos o ellas, se va a un club de hombres para probar, probando y probando termina prostituyéndose (¿?); y contradiciendo al mismo Jesucristo ("os aseguro que los publicanos y las prostitutas os precederán en el Reino de Dios") el obispo afirma con rotundidad que el desdichadho terminará en el infierno. No sé que piensan pero yo le noto a la homilía una mezcla entre La Mala Educación y Auto Sacramental.
Mientras intentaba psicoanalizar las palabras del Mitrado, a pocos metros se posó una Vanessa atalanta, una mariposa que por su considerable tamaño se la podría calificar de mariposón. Impropiamente ya que la RAE únicamente contempla dos acepciones: 1. Hombre inconstante en amores, o que galantea con diversas mujeres. 2. Hombre afeminado u homosexual. Contradictorio ¿no?.
Afortunadamente olvidé las palabras del Obispo y, con riesgo de abrir el cajón de los malos pensamientos, la reflexión se orientó hacia los distintos significados de mariposón y su relación con la vida sexual de las mariposas. Una vida sexual tan variada como especies existen. Me llamó la atención que hay muchas especies donde hay más machos que hembras e imaginé a los "mariposones" como locos buscando mariposas con las que compartir su secuencia de ADN; el resultado predecible es que la mayoría terminará llorando su virginidad como así lo hiciera la hija de Jefté en las colinas de Galaad (Jue 11,37). No he conseguido averiguar la proporción entre sexos de la Vanessa atalanta (ajedrezada, vanesa, almirante rojo, vulcana...), lo que sí se describe en algunas publicaciones es que esta mariposa practica el hilltopping, actividad que consiste en situarse en un altozano para divisar a sus potenciales amantes y una vez localizadas lanzarse como loco a perpetuar la especie. Estoy seguro que más de una persona que trabaja en las alturas desarrollaría comportamientos similares sino fuera por el cortarrollos del jefe...
De lo anterior se deduce que llamar mariposón al mujeriego nada tiene que ver con la vida sexual de las mariposas y, quizás, se deba más a como obtienen los lepidópteros la alimentación, conocida es la relación entre sexo y comida, lujuria y gula. Igual que va la mariposa de flor en flor, el mariposón va de mujer en mujer. Pero hay que estar atentos para no caer en falsas conclusiones ya que no todas las mariposas son igual de promiscuas gastronómicas; las hay que cuando son orugas sólo se alimentan de una especie de plantas y cuando son imagos (mariposa) no prueban bocado; otras, sin embargo, tienen un amplio menú. Las ajedrezadas, en particular, cuando son orugas se alimentan de ortigas y parietarias; y ya de adulta se pirran por las bugdelias aunque también les gustan saborear la fruta fermentada.
Sobre la segunda acepción y dado el desconocimiento popular de la vida sexual de las mariposas no creo que la comparación se deba a su comportamiento afectivo. Cuando un hombre es calificado como mariposa o mariposón se debe a su sensibilidad hacia la belleza, la realización de gestos que tradicionalmente se consideran femeninos, en una concepción del mundo donde el prototipo de masculinidad es el moscardón.
La mayoría de las mariposas son bellas, de vuelo elegante, frágiles a la manipulación, etc., pero, a la vez, capaces de grandes hazañas como la ajedrezada, o su pariente la cardera (Vanessa cardui), que vuelan a gran velocidad, soportan duros inviernos escondidos en una rendija y realizan migraciones de miles de kilómetros... motivo este por el que no es raro ver a la Vanessa atalanta tomando el solecito de noviembre, espera a congéneres de origen nórdico.
Afortunadamente olvidé las palabras del Obispo y, con riesgo de abrir el cajón de los malos pensamientos, la reflexión se orientó hacia los distintos significados de mariposón y su relación con la vida sexual de las mariposas. Una vida sexual tan variada como especies existen. Me llamó la atención que hay muchas especies donde hay más machos que hembras e imaginé a los "mariposones" como locos buscando mariposas con las que compartir su secuencia de ADN; el resultado predecible es que la mayoría terminará llorando su virginidad como así lo hiciera la hija de Jefté en las colinas de Galaad (Jue 11,37). No he conseguido averiguar la proporción entre sexos de la Vanessa atalanta (ajedrezada, vanesa, almirante rojo, vulcana...), lo que sí se describe en algunas publicaciones es que esta mariposa practica el hilltopping, actividad que consiste en situarse en un altozano para divisar a sus potenciales amantes y una vez localizadas lanzarse como loco a perpetuar la especie. Estoy seguro que más de una persona que trabaja en las alturas desarrollaría comportamientos similares sino fuera por el cortarrollos del jefe...
De lo anterior se deduce que llamar mariposón al mujeriego nada tiene que ver con la vida sexual de las mariposas y, quizás, se deba más a como obtienen los lepidópteros la alimentación, conocida es la relación entre sexo y comida, lujuria y gula. Igual que va la mariposa de flor en flor, el mariposón va de mujer en mujer. Pero hay que estar atentos para no caer en falsas conclusiones ya que no todas las mariposas son igual de promiscuas gastronómicas; las hay que cuando son orugas sólo se alimentan de una especie de plantas y cuando son imagos (mariposa) no prueban bocado; otras, sin embargo, tienen un amplio menú. Las ajedrezadas, en particular, cuando son orugas se alimentan de ortigas y parietarias; y ya de adulta se pirran por las bugdelias aunque también les gustan saborear la fruta fermentada.
Sobre la segunda acepción y dado el desconocimiento popular de la vida sexual de las mariposas no creo que la comparación se deba a su comportamiento afectivo. Cuando un hombre es calificado como mariposa o mariposón se debe a su sensibilidad hacia la belleza, la realización de gestos que tradicionalmente se consideran femeninos, en una concepción del mundo donde el prototipo de masculinidad es el moscardón.
La mayoría de las mariposas son bellas, de vuelo elegante, frágiles a la manipulación, etc., pero, a la vez, capaces de grandes hazañas como la ajedrezada, o su pariente la cardera (Vanessa cardui), que vuelan a gran velocidad, soportan duros inviernos escondidos en una rendija y realizan migraciones de miles de kilómetros... motivo este por el que no es raro ver a la Vanessa atalanta tomando el solecito de noviembre, espera a congéneres de origen nórdico.
1 comentario:
Muy interesante el blog, mas allá de la simple descripción de lo observado. LO he descubierto gracias a tu entrada en el foro de SEO. Lo voy a seguir mas aun estos días, para mantenerme informado, que en breve voy para Córdoba y como siempre me asomaré a los Sotos de la Albolafia con los prismas, a ver que se cuece (un lujo tener ese trocito de naturaleza en mitad de la ciudad).
Saludos!
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