El pasado 11 de junio asistía al acto organizado por la Asociación
Córdoba Futura "Una Mirada a la integración del río y la
ciudad de Córdoba". En el siguiente enlace se puede visualizar
el acto https://www.youtube.com/watch?v=S4K3FgmxsYo&t=1136s.
El arquitecto Juan Cuenca, a quien valoro su excelente trabajo, tuvo
una intervención (se puede ver en el minuto 87) impropia de su
altura intelectual. Afirmó que la existencia de vegetación en la
orilla izquierda y derecha fue consecuencia de una mala coordinación
entre el Ayuntamiento de Córdoba y la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir. Llegó afirmar que la CHG realizó una “plantación
brutal” además con “especies no autóctonas” en ambas orillas,
aguas arriba del Puente de Miraflores. Cerró su intervención
señalando que la alameda existente en la orilla derecha entre los
puentes de Miraflores y Romano fue sembrada por un vecino con árboles
del vivero de Santa Marta.
Un simple recorrido por las fotografías existentes invalida estas
afirmaciones. Es cierto que en la orilla izquierda, al igual que aguas arriba del puente de El Arenal, se realizaron
siembras durante las obras de encauzamiento además de prohibirse el
pastoreo. Pero como se puede comprobar con el transcurso de los años
la banda de bosque de ribera ha ido creciendo en la medida que los
sedimentos extendían las orillas, podrían ser, incluso, más ancha
a no ser por la intervención que tuvo la CHG en 2013 en la que se
eliminó una franja de sedimentos y arboleda. Por lo que la mayor
parte del actual bosque de ribera fue creándose tras un procesos de
depósito de sedimentos y colonización de la vegetación.
Un proceso parecido ocurrió en el balcón del Guadalquivir. Poco
antes de inaugurarse el Balcón del Guadalquivir la zona del río que
fue dragada. Al poco en las proximidades del molino de Martos se
depositaron los primeros sedimentos, las sucesivas crecidas fueron
extendiéndose, haciendo cierto el dicho de que el río lleva sus
escrituras en las manos, los sedimentos ocupan una extensión similar
a la que había antes del dragado. En este proceso, la vegetación
creció, creció y creció.
La arboleda que hay entre el puente de Miraflores y el embarcadero de
la Ribera fue propiciada por la creación del camino que bajo el
murallón sirvió para la construcción del citado puente. Esto
facilitó que la vegetación tuviera un excelente soporte en el que
crecer, ayudada, además, por los sedimentos que con las crecidas
fueron depositándose, haciendo la dura pista más mullida. Este
camino, junto con la eliminación de los peñones de San Julián y el
retranqueo del meandro de Miraflores fue el responsable de que el
embarcadero de la Ribera esté sepultado por los sedimentos.
Queda la alameda de la ronda de Isasa, aquella que fue “sembrada”
con árboles traídos del vivero de Santa Marta. La afirmación sobre
el origen artificial de esta alameda está bastante extendida. Se la
he escuchado a un par de concejales de diferente signo, algún
técnico municipal de medio ambiente y recientemente a Juan Cuenca.
Quizás sea un poco de paranoia mía pero cada vez que repetían la
cantinela parecía que a los ecologistas nos tomaban por tontos, al
defender una alameda que no era más que una plantación. Más de una
vez me he preguntado por la fuente de esta aseveración y, por fin,
tengo la respuesta, nace del arquitecto cordobés. Juan Cuenca, en la
intervención ya señalada, expuso que esta alameda fue sembrada
“clandestinamente” por Santa Marta a partir del encargo del dueño
de una herrería que había en la Ribera. Fue “el propio de Santa
Marta” quien se lo dijo a Juan Cuenca. No sé pero el relato me
recuerda mucho a las sueltas de serpientes desde helicópteros por
parte de Medio Ambiente que muchos guardas de cotos aseguran haber
visto…. Con todo, incluso aceptando que se sembraron algunos álamos
(10, 20…), la vegetación arbórea de esa zona crece porque bajo la
muralla hay una franja de tierra a la que dejó de tener acceso el
ganado, lo que permitió la colonización de la vegetación,
fundamentalmente, con la llegada de semillas de los escasos álamos
que por aquel entonces bordeaban el río Guadalquivir.
No es el “ecologismo estúpido”, como señaló el arquitecto, el
causante de que en ambas orillas se extienda un bosque de ribera sino
un diseño que no tuvo en cuenta que en los mismos lugares de los que
se retiraron sedimentos estos volverían aparecer al ritmo de las
futuras crecidas. Y donde hay agua, tierra, semillas y falta de
herbívoros, la vegetación crecerá por mucho que nos abonemos a la
cofradía del Santo Lamento. Porque ese río desnudo de vegetación
que tanto gusta a un sector de la población solo fue posible en una
sociedad en la que cientos de cabezas de ganado pastaban en sus
orillas y en la que cualquier trocito de madera era un objeto valioso
con el que calentarse o reparar un mueble. Hoy, de querer tener un
río desnudo, se tendría que costear cada año, y con cantidades
importantes, de las arcas públicas.
Afortunadamente, muy poca gente defiende hoy un río desnudo. El
propio arquitecto cordobés expuso al final de su intervención la
necesidad de un proyecto en el que intervengan paisajistas, expertos
en fauna y flora, arquitectos… con objeto de armonizar el paisaje
natural y monumental de nuestro río. La Plataforma por un Río Vivo
ha ido haciendo propuestas en este sentido. Es posible esa
armonización. En una próxima entrada abordaremos este tema.
Diego Peinazo Amo
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Foto aérea antes de la construcción del Balcón del Guadalquivir y Puente de Miraflores, la vegetación está reducida a algunos islotes de los Sotos de la Albolafia y la alameda de la Ronda de Isasa. Los sedimentos ocupaban los alrededores del molino de Martos. Compárese con la foto aérea actual. Los sedimentos ocupan prácticamente las mismas zonas de las que se retiraron. |
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En esta imagen se aprecia el camino que se realizó para la construcción del puente. ¿Estaba previsto en el proyecto su eliminación tras finalizar la obra?. Lo cierto es que sobre él ha crecido la vegetación. https://www.mc2.es/proyecto/puente-de-miraflores/ |
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Imagen del Balcón del Guadalquivir en su inauguración. https://arquitecturacontemporanea.org/catalogos/cordoba/item/balcon-del-guadalquivir/ |
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Recién inaugurado el Balcón del Guadalquivir. Se observa una estrecha banda de vegetación en la orilla izquierda. Se han producido los primeros depósitos en la zona del Molino de Martos. |
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2011. Tras las grandes crecidas de 2009 y 2010. Se aprecia un crecimiento de los sedimentos de la parte concava del meandro. Se consolidan los sedimentos de la margen derecha del Balcón del Guadalquivir |
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2022. Nótese la extensión de la alameda de la Ronda de Isasa, la anchura de la arboleda de ambas márgenes y la consolidación de la arboleda entre el puente de Miraflores y el molino de Martos |
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Imagen anterior a 1950 en la que se observa un rebaño de ovejas pastando en lo que hoy es la alameda, cuando el ganado dejó de tener acceso a esta zona la vegetación leñosa fue colonizando la franja de tierra que hay bajo la muralla. |
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Alameda de la ronda de Isasa 1965, nótese el reducido número de álamos en las proximidades del puente Romano, de ser cierto lo que le transmitieron a Juan Cuenca estos serían los escasos ejemplares que se sembraron. https://www.notascordobesas.com/2018/08/sobre-la-vegetacion-del-rio.html |